SIEMPRE

domingo, 31 de octubre de 2010

¡MALDITO DUENDECILLO!



Cuando vuelvo a casa intento recordar que era lo que anoche tenía que olvidar y el duendecillo que de vez en cuando me despierta y asusta con un toque de trompeta, me recuerda que era lo que quería olvidar, pero, ufss, luego vuelvo a perderlo en el marasmo de recuerdos de la trastienda de mi cerebro, allí encajonado y bajo llave. Aunque el duendecillo tiene la llave y, en ocasiones, escucho un gong, es el duendecillo, que vuelve a recordarme mis delitos y faltas…y olvido… y vuelta a empezar. Creo que voy a despedir al duendecillo.

jueves, 30 de septiembre de 2010

OLÉ, OLÉ



Fabián Pérez, El hombre del traje negro









Monique Van Steen





María José Blanco

martes, 7 de septiembre de 2010

TENGO UNA SERPIENTE EN MI BOTA



http://www.youtube.com/watch?v=Dvcyss7JYpw

lunes, 23 de agosto de 2010

MY TELEPHONE

TETRALLETAS








TONTERÍAS LAS JUSTAS



María José Blanco

martes, 10 de agosto de 2010

POR LOS CLAVOS DE CRIXTO : GLOBALIZADOX

¡ Al camarón. tinto de verano, botellita

de agua fresca ¡



La carretilla pasa por

encima de mi zapatilla

que se hunde en una amalgama

de tierra, agua y

conchas marinas.

La Moreneta Obamax ha aparecido y

se ha ido de los reinos de Taifas.

Ya sólo cabe esperar que

el maná de dolares caiga

como llovido del cielo.

¡ Cerveza, Coca cola, acuario,

aguita fresca ¡

¡ María, que llevo el camarón ¡

María José Blanco Rebollo

domingo, 18 de julio de 2010

DISTRIBUCION DE LA VIDA EN TEMARIOS. DIARIO DE UN VIAJANTE.







DISTRIBUCIÓN DE LOS AÑOS POR LA OROGRAFÍA MADRILEÑA

¿DÓNDE AHORA?
¿CUÁNTOS KILÓMETROS DE TRAYECTO?
¿PLANICIE, SIERRA...?



WE ARE THE CHAMPIONS
NO PLACE FOR LOSERS
Para el perdedor no hay plaza-
repito, NO HAY PLAZA

sábado, 17 de julio de 2010

MANIFIESTO DE LA GENERACIÓN LA PIARA


Manifiesto del 16 de julio de 2010 , de esta generación, nacida a la luz de las cervezas.
1. Sin alcohol no soy nada.
2. Vamos a destruir el concepto postmoderno del ego inflado.
3. Mi vida sin móvil e internet ya no es vida.
4. Soy bicéfalo y circunciso.
5. Viajo al centro de la tierra todos los días(excepto festivos) de 7:30 a 20:30.
6. Reivindicamos el poder del voyeurismo y del exhibicionismo.
7. Tenemos nuestra propia letra escarlata que empieza por P. Cada dos años nos marcan con ceniza en un ritual de purificación y vaciamiento del ser.
8. Somos salados por naturaleza, pero nuestro sueldo, cada vez más exiguo , nos obliga a tomar paté y no foie.
Consecuencias:
a) Disminución de la masa cerebral.
b) Reivindicación del poder del individuo frente al poder del
sistema( consecuencia del punto a)
9. A las 8 algunos se convierten en calabaza y otros en Bob Esponja.
10. Somos una sociedad sin ánimo de lucro, filantrópica, filharmónica, misántropa...pero aceptamos Visa, Master Card, Pay Pall, para costearnos los tratamientos de belleza o para veranear en un apartamento como el de Estée Lauder en N.Y, o en su defecto, en el de Nati Abascal.
11. Nuestro lema es "Antes muerta que cadáver".
12. Somos estetas y estéticos y aunque aborrecemos la cirugía, no le haríamos ascos a un lifting reparador o una liposucción.
13. Adoramos al cerdo como producto español, del cerdo se aprovecha todo y el cerdo está en todas partes:
Shakespeare es cerdo, Beethoven es cerdo, Lorca es cerdo y Cervantes¡Jamón de jabugo!
14. No hay catorce y punto.
15. Prometemos no decir nunca nada coherente. Estamos descohesionados, sin nexos, arbitrarios...pero fusionados. En lugar de los marcadores de lugar, utilizaremos los de modo o los de tiempo, dejando que se dispongan al azar como el insconsciente los creó a través de la inferencia.
16. Respetamos a los clásicos, pero no los tenemos en cuenta.
17. La chica de la calle Tribulete.
18. Entre Lacan y Freud, cagamos todos los días.
19. Entre Caín y Abel, me quedo con Caín y luego me levanto.
20. Somos personajes en busca de autor, comedores de tortilla.
21. Tenemos los chakras como las esporas, según sopla el viento, unas veces se abren y otras se cierran.
22. Somos matemáticos salados:
Pi-Ara (nos inmolamos, somos suicidas voluntarios)

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Citas favoritas:

Somos gérmenes de amplio espectro, espatarraos y aprehensivos.

EditarEducación y empleo.
Empresas: Distribución de la vida en temarios.
Siempre el último.
Actuar aquí y acullá, divas de medio pelo, pero no calvas, siempre con peluca, nunca con peluquín


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Centro de estudios de postgrado: Facultad de actuar con o sin peluca Máster en topografía madrileña.
Bailes con tabla de plancha.r
Continuos fracasos en la oposición.
Ética del perdedor.

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Instituto Los teatros de provincias

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MIEMBROS DE LA INSIGNE GENERACIÓN:
PRESIDENTA: MARíA JOSÉ BLANCO.
SOBRECARGO: MIGUEL PALOMINO.
GRUMETE: TERESA ESCOSA.


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Y Kiko, inspirado, nos hizo las siguientes revelaciones:
"Magestruoso(1) manifiesto donde los "aiga"(pérdida de masa cerebral en detrimento de la ortografía y demás desvaríos propios de esta oquedad masaencefalística). En Zaragoza ya decimos Barbararey cuando queremos decir Vadorrey, creando caos barriovecinal, pero un sofisma, que a modo de contagio irremisible, sirve de precedente para la propagación del libre albedrío, y la señalización de la urbe de un modo dicharachero.Generación La Piara nos sume en una atrevida, pero polivalente tontuna general donde los quehaceres cotidianos se alejan estrepitosamente de la apatía y el tedio, y el replay del comienzo de cada día se convierte en una desconcertante aventura. El lenguaje pierde su importancia, y el juego de las ilusiones nos acerca a un inaudito euilibrio cuerpomentesíritu, un "soma" difícil del que apeteciblemente escapar. Gracias Mariateresaesponja por alentar tamañas verdades de un modo lúdico/festivo de gra calado. Oletumareytupare!!Que gran entrañabilidad, maña!!
A mi familia y a mí nos habéis ayudado mucho con este vuestro testimoño"

1.Magestruoso: palabra aragonesa, perteneciente al dialecto del Bajo Mayor, que actualmente sólo conserva un parlante: Kiko Pirata. El significado de esta palabra cuyo origen se remonta a cuando los maños aún no usaban boina es discutido hoy en día por eminentes filólogos, siendo la teoría más aceptada la que dice que signficaría el cruce entre lo monstruoso y lo majestuoso. Habrá que esperar a que las nuevas investigaciones que se están llevando a cabo en el único reducto aragonés donde se mantiene dicho vocablo(calle mayor)den los frutos esperados y saquen por fin a la comunidad filológica de la duda más antológica(junto a la autoría del Lazarillo)en la que , desde los comienzos de este bello estudio, se han visto sumidos.

Firmafo: KIKO; pirata retirado sin pata de palo y antiguamente angelcristado, miembro honorífico de la GENERACIÓN LA PIARA.

martes, 13 de julio de 2010

ACCIÓN, INACCIÓN




LOS TUMBADOS


El científico y filósofo Blaise Pascal solía advertir que “todos los infortunios de los hombres derivan de no saber quedarse tranquilos en sus casas”. Hay personas, sin embargo, que no sólo han pasado años sin salir de casa, sino que durante todo ese tiempo, y estando aparentemente sanas, ni siquiera han dejado el lecho. Hay quien se refiere a ellos como tumbados, otros los denominan acostados y los franceses inventaron el término encamado para designar a estos sujetos.

Un tumbado, como afirma el escritor Luis Landero, “no es un holgazán, ni un neurótico, ni un simple enfermo imaginario”, sino un hombre que un buen día “opta por suspender su actividad social y se abandona espléndidamente a la inacción”[1]. Aunque el escritor sugiere en su definición una toma de decisión, como veremos, se trata más bien de un imponderable. En algunos casos, este imperativo puede durar toda la vida; en otros, a los dos, seis o veinte años el tumbado abandona la cama y sin previo aviso, como si fuese la cosa más natural del mundo, retoma su actividad anterior, durante tanto tiempo suspendida.

Juan Carlos Usó, en Ulises (Revista de viajes interiores), núm. 8, 2006, pp. 92-97.


ME QUEDÉ DE PIE...DRA

Verano, calor, ventilador, aire acondicionado para los más afortunados o menos sufridos y una perpetua sensación de vacuidad. Las horas del día se alargan, se expanden, no se aglutinan hasta que no llega la noche que también se ensancha. Hay actividad en el exterior, actividad incesante, mientras la calma chicha va desbordando el interior que se torna cada vez más quieto, se hace estatua. La estatua suda y por eso distinguimos el alma debajo del bronce,un alma que se va haciendo chiquita como una pasa al sol.
Entonces, suena una canción y el alma inspira y espira, inspira y espira, se va dilatando, se levanta, bebe agua o cerveza, incita al cuerpo a moverse, a escapar del bronce. Si la melodía es la adecuada, no tardará mucho el bronce en licuarse y el cuerpo del tumbado escultórico renacerá durante unos minutos, para, pasado ese destello de vida, volver a replegarse en sí mismo y volver a recubrirse de bronce, o quizá de hierro...hasta la próxima vez.

Pero mientras el cuerpo escapa del bronce, danzará

domingo, 6 de junio de 2010

ARTES LÍQUIDAS



Vídeo realizado por Alberto Ocaña y Jorge Arranz, alumnos de 4º de la ESO, mi tutoría.
Transtextualidad y confluencias artísticas.

jueves, 27 de mayo de 2010

LA REBAMBARAMBA DE LOS TURBANTES



SIN PALABRAS. EL MÁS DIFÍCIL TODAVÍA.

domingo, 23 de mayo de 2010

VA POR USTEDES

PREFIJOS Y PRETEXTOS




María José Blanco

viernes, 21 de mayo de 2010

AVANT GARDE METAL





AVATAR



FUNES EL MEMORIOSO

Vivía con su madre, a la vuelta de la quinta de los Laureles. Los años 85 y 86
veraneamos en la ciudad de Montevideo. El 87 volví a Fray Bentos. Pregunté, como es
natural, por todos los conocidos y, finalmente, por el "cronométrico Funes". Me contestaron que lo había volteado un redomón en la estancia de San Francisco, y que había quedado tullido, sin esperanza. Recuerdo la impresión de incómoda magia que la noticia me produjo:la única vez que yo lo vi, veníamos a caballo de San Francisco y él andaba en un lugar alto; el hecho, en boca de mi primo Bernardo, tenía mucho de sueño elaborado con elementos anteriores. Me dijeron que no se movía del catre, puestos los ojos en la higuera del fondo o en una telaraña. En los atardeceres, permitía que lo sacaran a la ventana. Llevaba la soberbia hasta el punto de simular que era benéfico el golpe que lo había fulminado... Dos veces lo vi atrás de la reja, que burdamente recalcaba su condición de eterno prisionero: una, inmóvil,
con los ojos cerrados; otra, inmóvil también, absorto en la contemplación de un oloroso gajo de santonina. No sin alguna vanagloria yo había iniciado en aquel tiempo el estudio metódico del latín. Mi valija incluía el De viris illustribus de Lhomond, el Thesaurus de Quicherat, los Comentarios de Julio César y un volumen impar de la Naturalis historia de Plinio, que excedía (y sigue excediendo) mis módicas virtudes de latinista.

JORGE LUIS Borges

jueves, 20 de mayo de 2010

miércoles, 19 de mayo de 2010

RUBEN DARIO

SALUTACION DEL OPTIMISTA

Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda,
espíritus fraternos, luminosas almas, ¡salve!
Porque llega el momento en que habrán de cantar nuevos himnos
lenguas de gloria. Un vasto rumor llena los ámbitos;
mágicas ondas de vida van renaciendo de pronto;
retrocede el olvido, retrocede engañada la muerte,
se anuncia un reino nuevo, feliz sibila sueña,
y en la caja pandórica de que tantas desgracias surgieron
encontramos de súbito, talismánica, pura, riente,
cual pudiera decirla en sus versos Virgilio divino,
la divina reina de luz, ¡la celeste Esperanza!

Pálidas indolencias, desconfianzas fatales que a tumba
o a perpetuo presidio, condenasteis al noble entusiasmo,
ya veréis el salir del sol en un triunfo de liras,
mientras dos continentes, abandonados de huesos gloriosos,
del Hércules antiguo la gran sombra soberbia evocando,
digan al orbe: la alta virtud resucita,
que a la hispana progenie hizo dueña de siglos.

Abominad la boca que predice desgracias eternas,
abominad los ojos que ven sólo zodíacos funestos,
abominad las manos que apedrean las ruinas ilustres
o que la tea empuñan o la daga suicida.
Siéntense sordos ímpetus en las entrañas del mundo,
la inminencia de algo fatal hoy conmueve la tierra;
fuertes colosos caen, se desbandan bicéfalas águilas,
y algo se inicia como vasto social cataclismo
sobre la faz del orbe. ¿Quién dirá que las savias dormidas
no despierten entonces en el tronco del roble gigante
bajo el cual se exprimió la ubre de la loba romana?
¿Quién será el pusilánime que al vigor español niegue músculos
y que al alma española juzgase áptera y ciega y tullida?
No es Babilonia ni Nínive enterrada en olvido y en polvo
ni entre momias y piedras, reina que habita el sepulcro,
la nación generosa, coronada de orgullo inmarchito,
que hacia el lado del alba fija las miradas ansiosas,
ni la que, tras los mares en que yace sepulta la Atlántida,
tiene su coro de vástagos, altos, robustos y fuertes.

Únanse, brillen, secúndense, tantos vigores dispersos:
formen todos un solo haz de energía ecuménica.
Sangre de Hispania fecunda, sólidas, ínclitas razas,
muestren los dones pretéritos que fueron antaño su triunfo.
Vuelva el antiguo entusiasmo, vuelva el espíritu ardiente
que regará lenguas de fuego en esa epifanía.
Juntas las testas ancianas ceñidas de líricos lauros
y las cabezas jóvenes que la alta Minerva decora,
así los manes heroicos de los primitivos abuelos,
de los egregios padres que abrieron el surco prístino,
sientan los soplos agrarios de primaverales retornos
y el rumor de espigas que inició la labor triptolémica.

Un continente y otro renovando las viejas prosapias,
en espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua,
ven llegar el momento en que habrán de cantar nuevos himnos.
La latina estirpe verá la gran alba futura:
en un trueno de música gloriosa, millones de labios
saludarán la espléndida luz que vendrá del Oriente,
Oriente augusto, en donde todo lo cambia y renueva
la eternidad de Dios, la actividad infinita.
Y así sea Esperanza la visión permanente en nosotros,
¡ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda!

domingo, 16 de mayo de 2010

MUSA QUE SOPLA Y NO INSPIRA

CUP-UP

Traducir un hombre al rey
de francés en castellano,
mandándolo por su mano,
es justo y por justa ley;
mas no a la plebeya grey
ni al rey por dinero ruego,
como tu pariente ciego;
y no hagas desto donaire;
que mi culpa es cosa de aire,
pero la tuya, de fuego.

Ya que coplas componéis,
ved que dicen los poetas
que, siendo para secretas,
muy públicas las hacéis.
Cólica dicen tenéis,
pues por la boca purgáis;
satírico diz que estáis;
a todos nos dais matraca:
descubierto habéis la caca
con las cacas que cantáis.

Vuestros conceptos alabo,
pues, de pura buena pesca,
los hacéis a la gatesca,
pues los hacéis por el rabo.
Tenéis un ingenio bravo,
hacéis cosas peregrinas,
vuestras coplas son divinas;
sino que dice un dotor
que vuestras letras, señor,
se han convertido en letrinas.

Pues no fueron declinados
ni por «sermo» ni por «templo»
tus deudos que, para ejemplo,
del Templo fueron echados,
quítate de esos cuidados,
que decir mal es mal trato;
no seas a tu vida ingrato;
guárdate tras esta salva,
no te muerda el perro de Alba
o te arañe el rostro de un gato.

MEZCOLANZA ENTRE COMBINATORIA Y PASADIZOS QUEVEDESCOS.

PEPA Roble

jueves, 13 de mayo de 2010

ISOLDA SIN TRISTÁN ¡ POR FIN ¡



El viaje del héroe: El héroe emprende una aventura magnificada en la fórmula ritual de la separación, la iniciación y el retorno. El inicio de dicha travesía —viaje del héroe—, es la plataforma mitológica que lo transporta hacia una región de prodigios sobrenaturales y no es sólo una hazaña física la que emprende, sino que sufre una transformación psicológica venciendo sus propios monstruos interiores. Todas las pruebas están destinadas a comprobar si tiene el valor, el conocimiento y la capacidad que le permita servir a los demás.

Tristán emprende su iniciación, cuando herido mortalmente por Morhol, pide ser librado a su suerte en una barca sin vela ni remos, acompañado por su arpa 15. Como ejemplifica Jung 16: "En el mito del héroe, el objeto del descenso está caracterizado en general por el hecho de la preciosidad difícilmente alcanzable (tesoro, virgen, bebida de la vida, vencimiento de la muerte, etc.). Se haya en esa región de peligro (aguas profundas, caverna, bosque, isla castillo, etc.). El miedo y la resistencia que todo ser humano natural siente frente a un adentrarse demasiado profundamente en sí mismo son considerados en el fondo, el miedo frente al viaje al Hades. (…) El mito del héroe conoce este estado de estar dentro del vientre de la ballena (dragón)…".

El vientre de la ballena alude a una etapa en que el héroe es devorado por lo desconocido y puede no tratarse literalmente de un ballena (Jonás o Heracles) sino, como ya se mencionó precedentemente en la cita de Jung, de lugares como laberintos, grutas, descensos al mundo subterráneo o el destierro como en el caso de Cid. Se debe destacar que el viaje en la barca tiene un precedente en la Eneida de Virgilio. La aventura, ya sea presentada con las vastas, casi oceánicas imágenes del Oriente, o en las vigorosas narraciones de los griegos o en las majestuosas leyendas de la Biblia, normalmente sigue el modelo de la unidad nuclear.

miércoles, 12 de mayo de 2010

LA IMPOTENCIA DEL 5%



SAN SEBASTIAN, GUIDO RENI.





DEL MONTE YA DI LA BOA.



CHIKATILO

Hombre con problemas sexuales, impotente, vivió en Rostov del Don, una ciudad a unos 800 km de Moscú, donde atrajo principalmente a sus víctimas. Actuaba principalmente en estaciones de ferrocarril y de autobuses. Tenía propensión al destripamiento, la mutilación, el canibalismo y el sadismo. Después de doce años de actuar impunemente, finalmente fue descubierto en 1990.

En la escuela era muy introvertido, incapaz de aceptar su miopía (sus primeras gafas las tuvo a los treinta años), y hasta los doce se orinó en la cama. Siempre era humillado por los otros compañeros, cualquiera podía decirle lo que fuese, él se limitaba a escuchar y a aguantar. No era de extrañar que con el tiempo, su ánimo se llenase con las lágrimas contenidas y con todas esas injurias. A medida que iba creciendo, se hacía más tímido con las mujeres, hasta el punto de hacer fracasar su primer intento sexual, por eyacular en pocos segundos mientras abrazaba una chica, de ahí surgieron los primeros rumores de su impotencia.

A pesar de su problema, pudo encontrar una esposa, y aunque era incapaz de mantener una erección, sí podía eyacular. Logró alcanzar en contadísimas ocasiones la suficiente erección para dejar embarazada a su esposa, pero no dejaba de pensar, que la naturaleza lo había castigado castrándolo al nacer. Era un marido de carácter estable y trabajador, un padre que nunca levantaba la voz ante los hijos, un respetado miembro del partido comunista que leía los periódicos y se mantenía al corriente de la actualidad.

En la escuela en la que trabajaba, sus alumnos se reían de él, le apodaban "el ganso" porque sus largos hombros encorvados hacían que su cuello pareciese alargado, y por que lo tenían por tonto, le empezaron a llamar "afeminado".

Era el típico marido sumiso y asexual. Hacía todo lo que su mujer le ordenaba o casi todo. Ella solía desear los placeres del lecho con más frecuencia que él, y eso les llevaba a frecuentes discusiones, a que ella le recordase en todo momento lo taciturno e inerte que era. La acusación de haber molestado sexualmente a sus estudiantes le costó el trabajo, pero consiguió uno nuevo en una fábrica en el que tenía que estar viajando constantemente. Este constante movimiento le ayudaba a escoger sus nuevas víctimas.

FINAL DE PARTIDA, Samuel Beckett

miércoles, 5 de mayo de 2010

LA DIOSA BLANCA Y SALVA SEA LA PARTE II


La diosa penaba , daba vueltas por su palacio de marfil entre las nubes, hasta que el dolor intenso hacía que tuviera que sentarse sobre una nube algodonada. No podía gritar, ni llorar, ni pedir ayuda, era una diosa. Además, si confesaba que le dolían unos elementos extraños que habían aparecido en cierta parte de su anatomía, el resto de dioses conocerían su pecado y la llenarían de ignominia. Y, ni siquiera sabía qué era lo que la torturaba de esa manera, cuál era el nombre de esa dolencia y menos cómo curarla. Sólo sabía que provenía de las entrañas de sus posaderas. Ya no podía tomar manzanas porque hacían que su dolor se agudizara y se alimentaba a base de mangos y kiwis, aunque los mangos eran difíciles de conseguir en el Olimpo, tuvo que recurrir a Mercurio, que hacía pequeños trapicheos y tría cosas prohibidas desde la tierra. Como diosa que era , sus apariciones en público ante el resto de dioses y diosas tenían que estar a la altura de las circunstancias, no podía mostrar siquiera un leve rictus de molestia para no levantar sospechas. Caviló sobre si podría confiar en algún dios o diosa, quizás Atenea o Ceres serían comprensivas. A Afrodita pronto la desechó porque conocía muy bien el carácter envidioso de la diosa y confesarle a ella que se había acercado a un humano podría acarrearle graves consecuencias. Y pronto abandonó la idea de contar con la ayuda de Ceres y Atenea porque le reñirían como si de una niña pequeña se tratase y ella no iba a soportar tamaña humillación. Tomó una decisión, volvería a la tierra, buscaría al causante de su desgracia y después de haber averiguado qué era aquello que había envenenado su alma y su cuerpo y cómo sanarlo, mandaría al infame humano que la había expuesto a ese peligro a las Ménades para que lo descuartizaran…

lunes, 3 de mayo de 2010

MANZANAS TRAIGO



Zademack



LINGÜISTAS

Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió a la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filósofos, semiólogos, críticos estructuralistas y descontruccionistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemántica.

De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:

-¡Qué sintagma!
-¡Qué polisemia!
-¡Qué significante!
-¡Qué diacronía!
-¡Qué exemplar ceterorum!
-¡Qué Zungenspitze!
-¡Qué morfema!

La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.

Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: “Cosita linda.”

Mario Benedetti







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sábado, 1 de mayo de 2010

SINE LA PIETÁ








">

PEPA Roble

viernes, 23 de abril de 2010

CANTO DE SIRENAS: Walk on the wild side



NICO ( Crista Päffgen )





NADIE

................He oído a las sirenas cantándose una a otra.
................No creo que canten por mí.
................T.S. Eliot

Navego atado al mástil,
no porque haya islas esperándome,
ni magas,
ni monstruos solitarios.
Estoy atado al mástil
porque necesito, para salvar al mundo,
que canten las sirenas.

WALDO Leyva, Breve antología del tiempo.

lunes, 19 de abril de 2010

EL AMOR COMO LA SAL.

El enigma del don, Maurice Godelier. En la reseña de Marcia Maluf se señala que una de las principales aportaciones del libro es el descubrimiento de Godelier de que las sociedades se organizan simbólicamente. Dentro de este mundo simbólico la acción de dar adquiere un valor fundamental porque conlleva valores y principios jurídicos y arrastra consigo otras acciones.

Las relaciones interpersonales se articulan en torno a tres acciones: la del dar, la del recibir, la del devolver que obliga moralmente al que ha recibido a devolver como medio de reconocimiento del otro. "Lo interesante del ensayo de Godelier es que ubica a los objetos y a los actos como significantes y mediadores de un sistema de intercambio que no se agotan en la utilidad y beneficio económico; sistemas de obligación y autoridad, de poder y de sumisión, de igualdad y de diferencia[...] de independencias y dependencias profundas[...] El dinero se ha transformado en el objeto sustituto de las cosas, el objeto fundamental del intercambio. Todo se compra y todo se vende y el dinero es la condición de la existencia material y social[...]También hay objetos sagrados que no se pueden dar y en nuestro lenguaje tampoco copmrar o vender, como la constitución de los pueblos, la propiedad sobre el propio cuerpo y la libertad, que se conservan como sustitutos de un mundo sagrado, y a pesar de las contradicciones, aún no del todo perdido"

El amor como la sal

" Les va a ser contado, y se les volverá a contar, un bellísimo cuento a ustedes, señores.
Había una vez un rey que tenía tres hijas. Un día, mientras estaban en la mesa, el padre dijo a las tres hijas:
─Bueno, pues vamos a ver quién me quiere más de vosotras tres.
La mayor se dio la vuelta:
─Papá, yo te quiero como a mis ojos.
La mediana contestó:
─Papá, yo te quiero como a mi corazón.
La pequeñita contestó:
─Yo te quiero como al agua y a la sal.
El rey se sintió ofendido:
─¿Que me quieres como al agua y a la sal? ¡Rápido! ¡Llamad a los verdugos, porque voy a darte la muerte!
Vinieron los verdugos y se llevaron a la niña. Las hermanas, que sintieron lástima de ella, entregaron una perrita a los verdugos y les dijeron:
─Cuando lleguéis al bosque, matad a la perrita y dad golpes sobre la camisa. A nuestra hermana no debéis matarla. Dejadla en una gruta.
Apenas los verdugos llegaron al bosque, mataron al perro, dieron golpes sobre la camisa, y a ella la dejaron dentro de una gruta. Arrancaron la lengua a la perrita y fueron al encuentro del rey.
Cuando llegaron al rey:
─Majestad, aquí están la camisa y la lengua.
Y su Majestad les entregó un premio.
Dejemos a esta gente y volvamos adonde la niña. Pasó un hombre salvaje, y ella le dio
cuenta de su mala suerte. El salvaje le dijo:
─¿Quieres venir conmigo?
─¿Qué es lo que hago yo aquí? Voy.
Cargó su fardo y marchó. Apenas llegaron a la habitación de él, él le enseñó toda la casa, los muebles, y le dijo:
─Aquí tienes todo lo que desees. Ahora tienes que rezar al Señor para que te favorezca con su ayuda, y no deberás tener miedo de nada.
Comieron. Él se marchó a cazar, puesto que era un hombre salvaje. Y ella se quedó dentro.
Por la mañana se levantó y se arregló el pelo. Apenas se lavó y tiró el agua, en la ventana de la princesa se colocó un pavo y cantó:
─Es en vano que te alises o que te rices el pelo. El hombre salvaje quiere comerte.
Ella, cuando escuchó tal cosa, se echó a llorar. Llegó el hombre salvaje y le dijo:
─¿Qué pasa?
─¿Qué pasa? ¿Qué es lo que va a pasar? Pues que me lavé la cara y, apenas tiré el agua, un pavo me dijo: "Es en vano que te alises o que te rices el pelo. El hombre salvaje quiere comerte".
El hombre salvaje contestó:
─Si te lo vuelve a decir, tú le dices:

Pavo, pavo,
de tus plumas he de hacer un plumaje,
de tu carne he de hacer un bocado;
he de ser la mujer de tu dueño.

Cuando, al día siguiente, ella le dijo eso, el pavo se sacudió y arrojó lejos todas las plumas.
El hijo del rey, cuando se asomó y vio el pavo desnudo, desnudo, se sintió maravillado y prestó atención. Al día siguiente, la mujer se arregló el pelo y tiró el agua. El pavo le dijo:
─Es en vano que te alises o que te rices el pelo. El hombre salvaje quiere comerte.
Y ella le contestó:

Pavo, pavo,
de tus plumas he de hacer un plumaje,
de tu carne he de hacer un bocado;
he de ser la mujer de tu dueño.

Cuando el hijo del rey se puso a mirar al pavo, vio, vio que el pavo se iba sacudiendo las demás plumas. Y a la hija del rey se le fue transfigurando su hermosa cara, y volvió a ser tan hermosa como Dios la había hecho. Dijo [el hijo del rey]:
─Rápido, papá, yo me quiero casar, y deseo a esta chica.
El padre dijo:
─Veamos quién es dueño de esta chica, porque creo que pertenece al hombre salvaje.
Envió mensajeros al hombre salvaje, y les ordenó que solicitasen a la chica. De este modo contestó el hombre salvaje:
─Si a ella le gusta, ella con una mano, y yo con cien.
Llamó a la chica y le soltó un largo discurso. La chica se hizo de rogar, fingiendo que no deseaba abandonar al hombre salvaje. Pero para sus adentros sentía como si hubiese pasado cien años entre las garras de aquel hombre salvaje. Pues bien, concertaron la boda. Luego llegó el hombre salvaje y le dijo a la chica:
─Mira, a mí me tienes que matar el día antes de que te cases. Tienes que invitar a los tres reyes del reino: a tu padre el primero. Y has de encargar a todos los criados que pongan agua y sal a todo el mundo, excepto a tu padre.
Así lo hicieron. Enviaron una citación a los tres reyes.
Bueno, pues el caso es que al padre de aquella muchacha le había ido creciendo la nostalgia de aquella hija, hasta el punto de que enfermó de angustia. Cuando recibió el anuncio, dijo:
─¿Y cómo puedo ir así, cuando siento el fuego de la ausencia de mi hija?
Y no quería ir. Luego pensó:
─El otro rey se ofenderá si no voy. ¡Y puede declararme la guerra!
Marchó. Un día antes de casarse, los novios mataron al hombre salvaje, lo dividieron en cuatro partes y lo distribuyeron por cuatro habitaciones. Cada cuarto en una habitación. Y la sangre, derramada por todas la habitaciones y por la escalera. El pavo había dicho que había que hacerlo así.
La sangre y la carne eran de oro y de piedras preciosas. Cuando llegaron los tres reyes y vieron las escaleras de oro, se sintieron inquietos por tener que poner los pies encima:
─No pasa nada ─dijo el pequeño rey─ pasad, que esto no es nada.
Por la tarde se casaron. Al día siguiente celebraron el almuerzo. El rey ordenó:
─¡Nada de sal ni de agua para aquel rey!
Se sentaron a la mesa, y la pequeña reina se colocó al lado de su padre. Pero su padre no comía. La hija le preguntaba:

─Real Majestad, ¿por qué no come? ¿Es que no le gusta la comida?
─¡En absoluto! Eso no tiene nada que ver. ¡Está muy rica!
─Pues, ¿por qué no come?
─Por nada, es que no me siento bien.
Y el novio y la novia le alcanzaron algunos tenedores con carne. Al rey no le apetecía comer, y mascaba como una cabra. (¿Cómo iba a comerla sin sal?).
Cuando terminaron la comida, se pusieron a contar historias. El Rey, fastidiado como estaba, contó todo lo que había sucedido con su hija.
─Y usted, Real Majestad ─le preguntó la hija─, ¿si viera a su hija la reconocería?
─¡Dios lo quisiera! ¡Hace tanto que la vi por última vez!
Ella se levantó y marchó a ponerse el vestido que llevaba cuando se separó de su padre, en el momento en que fue enviada a la muerte.
─Real Majestad, ¿os acordáis ahora de vuestra hija? ¿Es que no soy yo vuestra hija? Me hicisteis matar porque os dije que yo os quería como a la sal y al agua. Ahora habéis comprobado lo que significa comer sin sal y sin agua.
El padre fue incapaz de hablar. Lo único que hizo fue agacharse, abrazarla y pedirle perdón.
Ellos se quedaron felices y contentos, y nosotros estamos aquí sin nada."

PEDROSA José Manuel,Comer con sal, comer sin sal,o lo civilizado frente a lo salvaje..

culturapopular.org

viernes, 16 de abril de 2010

ONLY... ¿Zarcillos?




HAGAMOS UN TRATO



Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo

(de una canción de Carlos Puebla)



Compañera
usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Mario Benedetti

domingo, 11 de abril de 2010

DEL VERBO






“De vita beata”

En un viejo país ineficiente,
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.

Jaime Gil de Biedma

sábado, 10 de abril de 2010

VIENTOS DEL PUEBLO

PARA LA LIBERTAD

Para la libertad sangro, lucho y pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho. Dan espumas mis venas
y entro en los hospitales y entro en los algodones
como en las azucenas.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño,
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño
y aún tengo la vida.


Miguel Hernández

miércoles, 24 de marzo de 2010

EMPAQUETADO A MOGOLLÓN






Miestras esperamos la segunda parte de "La diosa blanca y salva sea la parte" he decidido dedicarle este vídeo a Ludivina.
Olvidando sapos, dragones, seudohumanos, humanoides, replicantes, narcisos, tulipanes, margaritas, gorriones, cuervos, avecillas del bosque con olor a espliego y almidón, todo junto y empaquetado a mogollón.

Amenizo la entrada con unas fotografías de la artista moscovita Luminositi por aquello de contrarrestrar tanta estela de deidad con algo absolutamente terrenal y perteneciente, nunca lo olvidemos, a la mujer, ella es dueña de su cuerpo, de su alma y de su decisión, los cajetilleros saben esto ¿será por eso su adicción a las cajetillas? Será, digo yo. Eso sí las mujeres deberíamos tener un cartel que indicara claramente: "Cajetilleros, no molestar, gracias".

Fuera Bishooooooooooooosss.

PEPA Roble

martes, 23 de marzo de 2010

La diosa blanca y salva sea la parte I



Después de unas cuantas noches insomne, aquejada ya de picores, ya de dolor intenso, a pesar de la comodidad de la blanca y esponjosa nube en la que reposaba (que no descansaba ya que las de su condición no necesitan esas necedades del descanso) la diosa blanca intuyó con pesar que algo no funcionaba bien en su divino cuerpo. ¿Cómo había podido suceder? ¿Cómo podía estar aquejada de una enfermedad humana y mortal? Miró sus manos blancas, suaves, etéreas y se acarició su angelical rostro. Su mano quedó humedecida por una lágrima silenciosa y solitaria y se acarició los cabellos, filamentos de oro engarzados con las perlas del rocío. Y habría estado así, eternamente, en extática contemplación de su estético sufrimiento, si un dolor mucho más intenso y no tan bello no hubiera interrumpido ese momento de onanismo espiritual. Dio un respingo y a punto estuvo de soltar una blasfemia. Pero, ¿qué era aquello que la atacaba a traición desde esa parte tan íntima e innombrable, allá donde la espalda pierde su casto nombre? No podía ser, no se había expuesto a situaciones de riesgo, no se había acercado a los humanos…o quizá sí? ¡Oh, Dios! ¡Casi lo había olvidado! Sí, hubo una vez, la hubo. ..no hace mucho tiempo, aunque ella no sabía mucho del tiempo viviendo siempre en la eternidad. Sí se acercó a ese humano que parecía tan desdichado, que parecía tan olvidado, que la atraía con sus cantos de macho alfa con sensible corazón. Sí, se había acercado y lo había besado. Era consciente de los riesgos que ese acercamiento le podía provocar, aunque consideró que al ser ese encuentro tan breve, no tendría graves consecuencias. Y realmente no se preocupó más por el asunto, pero aquí en el cielo como en la tierra, todo tiene un precio y tarde o temprano, se paga. Sin embargo, la diosa no entendía cuál era su castigo. Estaba tan bella como siempre y no había signos de que se hubiera convertido en humana, que era la más alta pena a los coqueteos con humanos. ¿Qué le sucedía?...

miércoles, 17 de marzo de 2010

domingo, 28 de febrero de 2010

The xx :: Islands

tarde de domingo isolata, banda sonora del vacío crepuscular lleno de un material diferente al de la nada, pero hecho de los mismos componentes

domingo, 24 de enero de 2010

La verdadera historia de la bruja Malandrina



PARA SAMUEL Y GUILLERMO

Cuentan por ahí que la bruja Malandrina es la más bruja entre las brujas, la más cruel, la que más niños secuestra para comérselos aliñados con salsa de mostaza que es lo que a ella le encanta. Cuentan que no se sabe exactamente donde vive, que recorre el mundo en su escoba con motor, corren otros tiempos, incluso dicen que tiene ordenador. También dicen que está siempre preparada para jugarte malas pasadas, que hay que tener mucho cuidado porque en cualquier momento puede aparecer a tu lado. Son muchos los que dicen haberla visto, sonriéndoles desdentada desde el otro lado de sus ventanas. Algunos dicen que tiene el pelo color ceniza, otros, que ni pelo tiene y quien más, quien menos, le ha visto varias verrugas, pocos dientes y una nariz prominente. Nadie se pone de acuerdo en cuanto a su atuendo, que si verde, que si rojo, que si negro, que si es una larga túnica, que si viste con vaqueros, que si es una bruja moderna, que si es una antigua, que si va desnuda tapada con su larga cabellera roja como el fuego. ..No hay quien se aclare con tal disparidad de criterios.
Cuando oigo a la gente hablar de Malandrina, no puedo evitar reír porque sólo yo la he visto de verdad, sólo yo conozco sus secretos y os preguntaréis por qué tengo este privilegio, pensaréis que igual miento. Pero os puedo jurar que la gente exagera, que no es para tanto, que la bruja Malandrina causa algún que otro sobresalto, pero que es mucho peor su prima Serafina, una bruja de las malas, sin escoba ni antiguallas. Pero, dejemos a Serafina, ya la conoceréis en este cuento. Ahora he de hablar de Malandrina, a quien conozco desde que nací. No me raptó, ni intentó comerme aún siendo un imberbe. ¿Qué por qué he tenido tanta suerte? La tendré hasta la muerte porque Malandrina, de la que dicen que es todo maldad, conmigo no se mete porque es mi mamá.
¿Cómo os habéis quedado? ¿Sorprendidos, anonadados? Soy hijo de bruja y humano, así que algún poder tengo pero son muy limitados. Aunque no es de mí de quien quiero hablar, mi madre es la protagonista de esta historia singular.
Malandrina siempre miente en cuanto a su edad. Es mucho más vieja de lo me quiere hacer creer porque hasta dragones conoció y hace tiempo que los dragones se extinguieron, ya que la modernidad creó otros nuevos engendros y los dragones, tristes y apenados por no servir ya de nada, porque no daban ya miedo, decidieron volver a los libros y del mundo se fueron. Mi madre ha visto muchas cosas y aún verá más porque si tiene una gran ventaja, es la de la inmortalidad. Así que no podré contar toda, toda su historia porque sería tan larga, tan larga que nunca terminaría y no podríais ni comer, ni jugar, ni ir al cole, ni dormir, ni soñar.
Malandrina ya nació bruja. Porque bruja hay que nacer. Nadie se convierte en bruja de la noche a la mañana ni se puede aprender a ser bruja. Por más que mucha gente se empeñe, nunca conseguirán ser buenas brujas, ni brujos, simplemente será gente mala que nunca lograrán nada. Entre los brujos, los hay buenos, malos y regulares, como todo el mundo. Mi madre aprendió a ser una bruja muy malvada, pero nunca comió niños ¡Vaya salvajada! Nació fea, muy fea, las cosa como son. No todas las brujas son feas, las hay muy bellas, pero como el común de los mortales, algunos nacen agraciados y otros feos hasta el desagrado. Otra falsa leyenda sobre mi madre, ella no tiene verrugas. Es fea, pero tiene la piel lisa y ni un solo grano adorna su sonrisa. Tampoco es desdentada, tiene todos los dientes en su sitio y además blanquísimos. Pero sin más dilación debo dar comienzo a mi narración.
Cuando Malandrina tenía un año ya hablaba, caminaba y sabía hacer conjuros y sus padres le enseñaron a utilizarlos con precaución y también le enseñaron a ser buena, a no convertirse en una bruja mala del montón. Sin embargo, Malandrina que era muy inquieta, pronto empezó a hacer travesuras. Era hija única, así que se aburría y decidió raptar a un niño para hacerlo su amigo. Y allí empezó la oscura leyenda de la Malandrina comeniños. Eso fue hace tanto, tanto tiempo, en un lugar tan lejano que ni los más viejos se acuerdan muy bien de ese cuento que sus padres les contaron, a quienes se lo habían contado sus abuelos y a ellos los suyos, y así hasta el infinito.
Malandrina tenía cuatro años cuando raptó a Ernesto, un niño muy mono del pueblo. Entró por la noche en su habitación mientras dormía y sin siquiera despertarlo se lo llevó a su guarida. Lo escondió de sus padres, que la habrían regañado y a la mañana siguiente el niño despertó y Malandrina estaba a su lado. Ernesto abrió los ojos y al ver a semejante niña desconocida, tan fea, a su vera, gritó tanto que despertó a todo el pueblo. Malandrina le puso la mano en la boca para que se callara, sus padres la iban a descubrir y estaba asustada. Y el niño se asustó más y soltó un grito ahogado tan descomunal que ya no lo oyó sólo el pueblo sino casi el mundo entero en su totalidad. Entonces Malandrina le soltó una bofetada para que se callara y allí empezó su negra leyenda. Sus padres al ver lo que Malandrina había hecho salieron pitando de allí con su hija dejando solo a Ernesto. El pueblo entero se dirigía con palos, arcos y flechas, piedras y todo lo contundente que pillaron en sus manos para terminar con esos brujos de los que nunca se fiaron. Cuando llegaron, Malandrina y sus padres ya habían escapado, montados en sus escobas que en esa época no tenían motor a propulsión sino que con una pócima cumplían su misión de volar. Con tanta prisa huyeron que a punto estuvieron de chocar con el árbol más alto que había en el bosque comunal. Mientras sobrevolaban el pueblo a la gente vieron, enfurecida, bramando y gritando: ¡Muerte a los brujos, hijos del diablo, muerte a los brujos! No fue mejor cuando encontraron a Ernesto que, niño imaginativo que era, a todos les contó este cuento:
-Esa niña bruja, Malandrina, ha venido a raptarme esta noche con intención de comerme. ¡Qué miedo he pasado, qué bruja más terrorífica! Tenía cuatro verrugas y ni un solo diente. Me ha dicho que quería comerme y que como no tenía con qué masticar, me metería al horno para asar, para que estuviera más blandito, con una salsa de mostaza me iba a aliñar. Y luego me ha dicho que se pensaba zampar a todos los niños de esta comunidad. Y en cuanto a los mayores, como sois demasiado duros para su boca sin dientes, iba a meteros en una olla para hacer un caldo con vuestros cuerpos y vuestras mentes. Y antes de todo eso me ha dado una buena tunda, me ha pegado, pero yo me he defendido, uno de sus pocos dientes le he arrancado y tanto miedo ha tenido de mi valentía que ha cogido a sus padres y han emprendido la huida.
Y así se comenzó a gestar la mala fama de mi madre. Efectivamente, ella había raptado a Ernesto y también le había pegado un bofetón, no diré que no. Pero nunca quiso comérselo, sólo quería un amiguito con quien jugar y se asustó tanto al oírlo gritar que la mano se le fue y le llegó a pegar. Sus padres, mis abuelos, la castigaron mucho tiempo sin jugar ni merendar. A ella, como a todos los niños, brujos o no, le gustaba jugar. Quizá sus juegos eran un poco diferentes de los del resto de niños y como los brujos dispersados por el mundo rara vez vivían juntos para no despertar sospechas, Malandrina no tenía niños a su alrededor, brujos o no. Algunas veces, decidía darle vida a una piedra y jugar con ella al escondite, o también con los animales hasta el día que tuvo la brillante idea de ponerse a jugar con un saltamontes. Ni que decir tiene que el saltamontes ni caso hacía a Malandrina, por lo que esta decidió darle la facultad del habla y hacerlo grande, ya que era demasiado pequeño para jugar con ella al balón. ¡En mala hora se le ocurrió! Con lo simpático e inofensivo que era siendo pequeño se convirtió en una fiera sin dueño. ¿Qué comían los saltamontes? Nunca se lo había preguntado, pero en ese momento mientras corría perseguida por el enorme insecto o lo que fuera aquello que le sacaba tres cabezas deseó que no les gustara la carne de pequeña bruja. Tampoco se detuvo a preguntarle aunque él pudiera hablarle porque todo parecía indicar que intención de jugar no tenía, más bien tenía la tripa vacía.
-¡¡Papáaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!-gritaba por el bosque, olvidando incluso que tenía poderes y que podía hacer otra vez pequeño al saltamontes.
Sus padres salieron a tiempo de la cabaña para evitar la catástrofe, el saltamontes estaba a punto de lanzarse sobre Malandrina con la boca muy abierta. Su madre, mi abuela, dijo unas palabras mágicas:
-Rerrorreorretrocede atu srerere.
Y el gran saltamontes cazabrujas volvió a ser un pequeño saltamontes que trotaba de rama en rama y Malandrina volvió a ser castigada. Esta vez le prohibieron realizar cualquier tipo de hechizo, pero Malandrina, que no aprendía nunca de sus errores no hizo caso de sus mayores. Escapó una noche por la chimenea y sin rumbo fijo, aburrida y enfadada pensó que esta vez de verdad iba a ser malvada. Vivían en ese momento en el bosque de otro pequeño pueblo y nunca se habían acercado por allí ya que los padres de Malandrina no querían problemas. Querían vivir en paz, con sus pócimas, sus serpientes, sus murciélagos, ensayando hechizos nuevos para cuando llegara la hora de volver al país de los brujos. No querían tener trato con humanos porque los humanos pensaban que las brujas y los brujos eran todos malos y por menos de nada los quemaban como si fueran tostadas. Pero a Malandrina no le gustaba esa soledad, quería mezclarse con la gente, aunque siendo bruja eso no era muy inteligente. Malandrina había oído a sus padres hablar de los brujos del mal, seres malignos que sólo querían el terror sembrar y aunque ella no era mala, se aburría tanto que soñaba a veces con sembrar el terror y ser lo peor. Esa noche como estaba enfadada, al pueblo se fue a hacer alguna gamberrada.
Pasó toda la noche fuera, pero por la mañana, sus padres la encontraron felizmente dormida, no sospecharon para nada su huida. Pero al cabo de una hora les llegó un rumor lejano, parecía venir del pueblo donde estaban los humanos. Sin embargo el sonido no era humano, se oían gruñidos extraños, un “oing, oing” continuo que se iba haciendo cada vez más cercano. ¿Qué sería aquello? Malandrina estaba muy callada comiendo su sopa de araña mientras sus padres salían fuera a averiguar qué era ese sonido que se oía entre las cañas.
¡Cerdos y más cerdos! Un montón de cerdos gruñendo iban con paso firme hacia la cabaña de Malandrina y sus padres y aunque su expresión era porcina tenían pinta de estar muy cabreados. ¡Cientos de cerdos enfadados! ¡OING,OING, OING,OING! Iban hacia ellos, ¿qué pretendían, se los querían comer? Malandrina salió a la puerta y allí estaban sus padres, alerta. Eran demasiados cerdos como para hacerles un conjuro, pero estaba claro que les querían atacar, ¿qué decisión tomar? No les quedaba otra opción más que escapar. Así que cogieron corriendo sus escobas y sus cosas más importantes y ascendieron al cielo, sin mirar atrás, solo mirando hacia adelante. Cuando estuvieron a salvo no le quedo otro remedio a Malandrina que confesar lo que había hecho. Había sido ella quien convirtiera a todo el pueblo en una manada de gorrinos: padres, madres, niños, tíos y sobrinos. Para tranquilidad de sus padres, Malandrina les dijo que había utilizado el conjuro número cuarenta, ese que desaparece al cabo de unas horas, solo, por su cuenta. ¡Y ahora qué hacer, otro pueblo al que no podrían volver! Además, Malandrina fue vista por algún que otro vecino cuando huía tras haberlos convertido en ganado porcino, así que la leyenda de la malvada bruja Malandrina se iba poco a poco extendiendo y tendrían que esconderse por un tiempo sin remedio. En aquellos tiempos las noticias corrían veloces de boca en boca, pasaban al viento que las dejaba en los árboles. Los árboles, que eran muy cotillas seguían contando las historias, exagerándolas cuanto podían ya que pequeña era su memoria. Y los pájaros que en sus ramas estaban y que todo oían disimulando haciendo como que estaban cantando, volaban a otros bosques, a otras ramas y seguían contando la historia a sus parientes. Y otros árboles y otros vientos transportaban todos los cuentos que al final llegaban a otros humanos que escuchaban con los ojos muy abiertos. Y así vagaron durante meses y años Malandrina y sus padres, escondiéndose, sin poder quedarse mucho tiempo en ninguna parte ya que a oídos de todos habían llegado sus malas artes. A veces descansaban en lo alto de una montaña y cuando se hacía de día seguían con su huída. Tuvo que pasar mucho tiempo hasta que los humanos olvidaran la existencia de esos brujos y al fin, Malandrina y sus padres pudieron encontrar un hogar seguro, aunque modesto y sin lujos.
Ya Malandrina había crecido y tenía los diez años bien cumplidos y aunque había aprendido la lección, la soledad y el aburrimiento seguían encogiendo su corazón. ¿Para qué servía saber hacer conjuros si nunca podían ver a nadie, si siempre tenían que estar en lo más oscuro? Sus padres le decían que no se preocupara, que pocos años les quedaban ya para volver a la tierra de los brujos, para volver a su hogar. Pero lo que a sus padres les parecían pocos años, para Malandrina era una enormidad de tiempo, le daba para tener todavía mucho aburrimiento. Y aunque no quería volver a meterse en líos, todo cambió con la inesperada visita de sus tíos. Con sus tíos venía su prima Serafina que era tan mala, tan mala que Malandrina la temía. Pero, por otra parte, Serafina tenía su edad, a lo mejor tendría alguien con quien jugar.
Serafina no hacía solo travesuras por aburrimiento como le ha pasado a Malandrina en este cuento, sino que era pura maldad. Cuando estaba con los mayores ponía cara de niña buena y a ellos les engañaba, pero Malandrina sabía que solo maldades en su cabeza cabían. Serafina y sus padres sólo iban a estar una semana, escondidos porque su hija decía que la gente donde vivían no la quería. Lo que sus padres no sabían es que en el pueblo Serafina había hecho de todo y nada bueno.
La primera noche después de cenar Malandrina y Serafina salieron a jugar. O eso creía Malandrina. Cuando estuvieron fuera de casa, Serafina le dijo a Maladrina:
-Oye, prima, vámonos al pueblo más cercano, sólo para espiar a los humanos.
- No sé serafina, mis padres me lo han prohibido. ¿Por qué no hacemos aquí unos hechizos en el bosque?
-No seas tonta, Malandrina, que no vamos a hacer nada malo. Espiamos un poco a los humanos sin que nos vean y luego volvemos. Venga, vamos Malandrina, será divertido, ya verás.
Durante un rato estuvieron discutiendo y al final Malandrina fue convencida, una vez más vencieron su curiosidad y su aburrimiento.
Llegaron al pueblo cuando ya era muy de noche, pero la luna llena brillaba y las iluminaba. Todo el mundo en el pueblo estaba en sus casas y muy silenciosas, Serafina y Malandrina, espiaban por las ventanas. Malandrina no quería hacer nada más porque no quería meterse en otro lío fatal, pero Serafina tenía otro plan.
- Me han dicho que en este pueblo vive la niña más guapa del universo, vamos a buscarla.
Y siguieron espiando por las ventanas hasta que encontraron a la más guapa. Era una niña más o menos de su edad que tenía el pelo muy largo y muy negro y unos ojos verdes grandes, expresivos y eternos. Estaba en su habitación cepillándose el pelo, preparándose para ir a la cama porque estaba cansada.
-¿No te gustaría ser tan guapa como ella, Malandrina?
No os he dicho antes que Serafina era todavía más fea que Malandrina y tenía un corazón envidioso y vanidoso.
-¡Ójala fuera tan guapa como ella, pero no los soy y nunca lo seré, qué le vamos a hacer! Vámonos a casa Serafina, que ya es tarde y nuestros padres nos empezarán a buscar pronto.
-Espera, espera un momento. No volverás sola. ¿Conoces el conjuro número cuatrocientos?
-No, mis padres me han dicho que hasta que no sea mayor sólo puedo saber hasta el doscientos.
-¡Bah, qué tontería! A mí mis padres tampoco me dejaban, pero no les he dicho nada y por las noches, les robo los libros y copio los conjuros. Es injusto que ella sea tan guapa y yo tan fea, voy a hacer que me dé su belleza.
-Pero, ¿cómo vas a hacer eso? Porque no utilizas un hechizo para ser guapa y dejas a esta chica en paz.
-Los conjuros para ser bella tienen fecha de caducidad, sólo si le robas su belleza a una mortal, será para siempre.
-No puedes hacer eso, Serafina, eso sería una crueldad.
Pero Serafina ya no la escuchaba y a entrar iba a casa de la muchacha. Malandrina aprovechó para salir volando a avisar a sus padres de lo que estaba ocurriendo. No era una chivata pero su prima estaba a punto de meter la pata. Fue rápida como el rayo y los mayores llegaron a tiempo de impedir que Serafina le diera a la bella el elixir.
Una vez más todos los brujos salieron corriendo, otro pueblo más al que no volverían jamás. ¿Y ahora dónde andarán?
Aún podría contar cientos de historias acerca de mi mamá, pero este cuento ya es muy largo y tenéis que descansar. Sólo para terminar os diré que otro día otro capítulo os contaré y mientras tanto tened cuidado, porque no os he dicho dónde estamos ahora Malandrina y yo. No salgáis de noche a vuestro salón o ¿quién sabe? quizá estemos en el armario, porque somos muy viajeros y vamos cambiando de escenario. Pero si nos encontráis nada tenéis que temer que somos brujos honrados que no os van a comer…
O quizá todo este cuento sea un invento y seamos tan malos como el ogro malvado. Por si acaso cerrad puertas y ventanas, hasta que otro día a lo mejor vuelva para contaros más historias en persona, desde vuestro balcón.





De la categoría de los dolores V



Menstruación: “Y así parece que la mujer, estando con sus flores mirando al espejo nuevo y limpio, lo hinche de pecas y manchas con los rayos que salen de sus ojos(…) E si en tal tiempo mirase ahito y de cerca a los ojos de algún niño tierno y delicado, le imprimiría aquellos rayos ponzoñosos y les destemplaría el cuerpo de tal manera que no pudiese abrir los ojos ni tener la cabeza derecha sobre sus hombros(…)Y esta infició y ponzoña tienen más unas que otras, y en especial las viejas, que han dejado de purgar sus flores a sus tiempos por la naturaleza ordenados, porque entonces purgan más por los ojos y son de peor complexión por razón de edad; y así la vista de las semejantes es más peligrosa” (1)
El ser humano está hermanado ante el dolor, somos seres sufrientes que podemos reconocer en el otro nuestras dolencias, aunque no todas ellas nos pertenecen por igual. No hay nada tan femenino como parir y el hombre está a años luz de sospechar siquiera el tormento de ese momento místico en el que otra vida asoma. Tampoco todas las mujeres estamos hermanadas en el dolor de alumbramiento porque algunas deciden no hacerlo o sus cuerpos deciden por ellas la infertilidad. Pero sí hay un dolor que a todas no es común: sí, estoy hablando de la menstruación. Si hay alguna ultrafeminista radical, le aconsejo que no siga leyendo estas líneas para que su sensibilidad no resulte herida. Porque, compañeras de sexo, que no de género (cuando hablamos de género nos reducimos a categoría gramatical), el síndrome premenstrual existe, y sí, nos ponemos histéricas, insoportables, extremadamente susceptibles y el vacío existencial se apodera de nuestro femenino cuerpo. Y sí, todo eso nos ocurre por ser mujeres y a los hombres, obviamente, no. Y la razón es una razón de peso y sexo, nuestras femeninas hormonas se entregan a una orgía desenfrenada antes de que todo termine por explotar. Y cuando al final comenzamos a perder sangre intentando no perder la compostura, unos dolores ancestrales, pero no por ello menos reales, nos atenazan; un parto que no lo es, unas contracciones sin ningún fin, un dolor atroz de riñones y piernas, nos recuerdan dulcemente nuestra condición femenina. ¡Qué sublime placer el ser mujer! Pero, de todos modos ¡bienvenido sea el festival reglético! Al fin y al cabo, lo que nos espera es aún peor, sí: la menopausia, en la que ya nuestro cuerpo parece escapar del control de nuestra mente y así escapa nuestra orina y nuestra capacidad para mantener la cintura en sus lindes y nos convertimos oficialmente en brujas.
Por ello propongo un día mundial de la menstruación, en el que todas las mujeres del mundo puedan gritar al viento: sí, estoy con la regla y estos son mis síntomas y ahora, tendréis que escucharlos sin interrupciones. ¡Viva la mujer, con o sin periodo!( ¿alguien conoce algún otro sinónimo para la menstruación, regla, periodo? Y no me sirve el eufemismo”esos días”). E n toda mujer hay dos: la mujer durante el periodo de regla(antes y durante), y la mujer sin. La mujer-monstruo y la mujer-ángel.
Palabra de mujer-monstruo con ponzoña en los ojos.


1.Martín de Castañega, Tratado(…)de las supersticiones y hechizerías…(1ªed, 1529)

sábado, 9 de enero de 2010

ACCIDENTES GEOGRÁFICOS

En la cama mientras dormía, cogida a la almohada, pensaba en la decisión que sin tenerla en cuenta se había dictaminado. El juez, la parte, los testigos, no podían explicar cuál era la acusación, únicamente la pena sobre papel no impreso estaba clara. Sin acusación pero con delito se veía arrastrada a sobrellevar la carga. De cuánto tiempo era la condena no tenía idea, de cómo debía realizarla solo algún mínimo conocimiento, de cómo sería la prisión apenas se le informó. Ya resignada comprendió que las fuerzas dictatoriales no tenían ojos, no tenían manos, sólo un empeño férreo en que su justicia fuera llevada a cabo. Nada importaba la súplica, nada importaba el llanto, ante una voluntad ciega sólo cabía el acatamiento del veredicto: Culpable. Y una vez pronunciadas aquellas palabras ya no hubo más razón ni argumentos que pudieran cambiarla, debía aceptar su destino porque siempre hay alguien superior que piensa por los demás, siempre los otros tendrán razón, esto es lo que tiene haber nacido en una clase no dirigente, no tener los genes de un buen dictador, ser dirigido era su destino y no haberlo aceptado era el cargo merecido.


ENTRE NOSOTROS



Entre nosotros accidentes geográficos,

carreteras, aviones y caminos,

chabolas, cientos de tribus

urbanas y una familia en bicicleta.

Entre nosotros castillos,

ruinas, cementerios , rascacielos,

autopistas llenas de gasolina,

caracoles, marsupiales, el pop,

el rock y un corredor de antesalas

con bebidas isotónicas.

Entre nosotros un universo entero.

Entre nosotros , ¿ por eso tuviste que matarla?

¿Para entender que con sus voces

el mundo entero se convertía

en cera derretida, en bálsamo caliente

que adormece y anestesia el dolor

de una herida abierta?.

Herida que derrama su conciencia en amargos haces de estiércol.

Para entender que en su huida queda presente

parte de la piel que arrastra.

Para hincar en las sienes tuercas incandescentes

que emularan cenizas entrelazadas,

cordones de imágenes estridentes, amarillas de

estados oníricos que sobre la mesa toman vida.

Para todo esto acabaste con ella

olvidar su terquedad, olvidar... qué olvidar.

Para esto,

para olvidar que puedes dar una respuesta.



(Si supieras ...si supieras...)

PEPA Roble