SIEMPRE

miércoles, 12 de mayo de 2010

LA IMPOTENCIA DEL 5%



SAN SEBASTIAN, GUIDO RENI.





DEL MONTE YA DI LA BOA.



CHIKATILO

Hombre con problemas sexuales, impotente, vivió en Rostov del Don, una ciudad a unos 800 km de Moscú, donde atrajo principalmente a sus víctimas. Actuaba principalmente en estaciones de ferrocarril y de autobuses. Tenía propensión al destripamiento, la mutilación, el canibalismo y el sadismo. Después de doce años de actuar impunemente, finalmente fue descubierto en 1990.

En la escuela era muy introvertido, incapaz de aceptar su miopía (sus primeras gafas las tuvo a los treinta años), y hasta los doce se orinó en la cama. Siempre era humillado por los otros compañeros, cualquiera podía decirle lo que fuese, él se limitaba a escuchar y a aguantar. No era de extrañar que con el tiempo, su ánimo se llenase con las lágrimas contenidas y con todas esas injurias. A medida que iba creciendo, se hacía más tímido con las mujeres, hasta el punto de hacer fracasar su primer intento sexual, por eyacular en pocos segundos mientras abrazaba una chica, de ahí surgieron los primeros rumores de su impotencia.

A pesar de su problema, pudo encontrar una esposa, y aunque era incapaz de mantener una erección, sí podía eyacular. Logró alcanzar en contadísimas ocasiones la suficiente erección para dejar embarazada a su esposa, pero no dejaba de pensar, que la naturaleza lo había castigado castrándolo al nacer. Era un marido de carácter estable y trabajador, un padre que nunca levantaba la voz ante los hijos, un respetado miembro del partido comunista que leía los periódicos y se mantenía al corriente de la actualidad.

En la escuela en la que trabajaba, sus alumnos se reían de él, le apodaban "el ganso" porque sus largos hombros encorvados hacían que su cuello pareciese alargado, y por que lo tenían por tonto, le empezaron a llamar "afeminado".

Era el típico marido sumiso y asexual. Hacía todo lo que su mujer le ordenaba o casi todo. Ella solía desear los placeres del lecho con más frecuencia que él, y eso les llevaba a frecuentes discusiones, a que ella le recordase en todo momento lo taciturno e inerte que era. La acusación de haber molestado sexualmente a sus estudiantes le costó el trabajo, pero consiguió uno nuevo en una fábrica en el que tenía que estar viajando constantemente. Este constante movimiento le ayudaba a escoger sus nuevas víctimas.

FINAL DE PARTIDA, Samuel Beckett

1 comentario:

Anónimo dijo...

Habría que desarrollar un sistema autoinmune nuevo para no toparse con tales individuos.
Es increíble cómo pueden afectar los problemas sexuales al desarrollo del carácter y autodestrucción de una persona.

Increíble pero verdad¡¡

Un saludo, me encantan tus post y esa forma tan peculiar que tienes de hablar latín. Lo tuyo SÍ que es arte con salto cuántico.

Carmen.