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miércoles, 5 de mayo de 2010

LA DIOSA BLANCA Y SALVA SEA LA PARTE II


La diosa penaba , daba vueltas por su palacio de marfil entre las nubes, hasta que el dolor intenso hacía que tuviera que sentarse sobre una nube algodonada. No podía gritar, ni llorar, ni pedir ayuda, era una diosa. Además, si confesaba que le dolían unos elementos extraños que habían aparecido en cierta parte de su anatomía, el resto de dioses conocerían su pecado y la llenarían de ignominia. Y, ni siquiera sabía qué era lo que la torturaba de esa manera, cuál era el nombre de esa dolencia y menos cómo curarla. Sólo sabía que provenía de las entrañas de sus posaderas. Ya no podía tomar manzanas porque hacían que su dolor se agudizara y se alimentaba a base de mangos y kiwis, aunque los mangos eran difíciles de conseguir en el Olimpo, tuvo que recurrir a Mercurio, que hacía pequeños trapicheos y tría cosas prohibidas desde la tierra. Como diosa que era , sus apariciones en público ante el resto de dioses y diosas tenían que estar a la altura de las circunstancias, no podía mostrar siquiera un leve rictus de molestia para no levantar sospechas. Caviló sobre si podría confiar en algún dios o diosa, quizás Atenea o Ceres serían comprensivas. A Afrodita pronto la desechó porque conocía muy bien el carácter envidioso de la diosa y confesarle a ella que se había acercado a un humano podría acarrearle graves consecuencias. Y pronto abandonó la idea de contar con la ayuda de Ceres y Atenea porque le reñirían como si de una niña pequeña se tratase y ella no iba a soportar tamaña humillación. Tomó una decisión, volvería a la tierra, buscaría al causante de su desgracia y después de haber averiguado qué era aquello que había envenenado su alma y su cuerpo y cómo sanarlo, mandaría al infame humano que la había expuesto a ese peligro a las Ménades para que lo descuartizaran…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un buen relato.
Mezclas mitología con una visión del Olimpo mucho más mortal de lo que cabría suponer; verdaderamente el castigo de tener que utilizar Hemoal es superior a convertirse en una simple mortal en cuyo caso podría disfrutar tanto de los pros como de los contras terrenales...

¿Conseguirá descuartizar al culpable? Seria venganza es esta ¿no?

Un saludo

Carmen.

Unknown dijo...

No sé.......para mi la diosa es tan sacra...tan Persefone...tan adorada...tan peligrosa...como definir esa intensidad lunatica sin caer en el abismo...como ser el abismo para describirla...me la imaginaba como diosa de los mangos como sincreticamente la sacralizas--.y en su semejanza con el corazón, imaginaria sus rituales