La fascinación por los tambores tiene sus fundamentos en la profundidad de nosotros mismos y en el mundo a nuestro alrededor, como vehículos de expresión las percusiones son un medio de gratificación inmediata, éstas no requieren experiencia previa para lograr tono y ritmo coherente casi instantáneo; porque el ritmo es inherente a toda actividad orgánica, elemental, mecánica y electrónica y en la esfera humana está ciertamente presente en todas las áreas. El conectar con los ritmos establecidos dentro del medio ambiente que nos rodea nos ayuda a sostener un equilibrio emocional y nos enseña a efectuar nuestras ocupaciones cotidianas con más precisión. La conciencia rítmica se activa con la práctica de la percusión y la danza, no importa cuál sea nuestra actividad o interés principal, la expresión rítmica nos lleva a un entendimiento más amplio y profundo de nuestros propios poderes y potencialidades. Al entregarnos a los ritmos que establecen los ciclos de nuestra existencia, estaremos mejor equipados para realizar nuestras actividades diarias con más armonía.
El tocar tambores puede provocar diferentes estados emocionales y biológicos; darnos energía física, relajarnos, despertar la sensualidad, meternos en un trance, conectarnos con una actividad física, generar estados de alerta y provocar euforia. La actividad de percutir simple, repetitiva y armónicamente un instrumento a manera de latido de corazón.
music: life
"Al ser humano se le ha hecho lo imposible para que elija.Para que tome partido, para que acepte a priori, para que rechace a priori,para que deje de mirar,para que deje de existir, delante de una cosa que simplemente habría podido amar" Manchas en el silencio, Samuel Becket
SIEMPRE
jueves, 5 de febrero de 2009
EL DESPERTAR DE LOS TAMBORES - CATARSIS
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