SIEMPRE

jueves, 24 de febrero de 2011

LOOPING

Recibo la amargura de la triste
ausencia del amado más virtual
que nunca.
Es imagen, es canción,
es humo, electrones en cadena.

Canta el cisne entre estertores.
Canta,
¿no lo escucháis?
Ahí suena, entre lagartos con nidos
y entresijos de cables circuitados.
Es el cisne un niño, una ballena
o una babosa.
Canta porque quiere el niño
una música
que le llegue en danzas
victoriosas y le embargue de
almíbar la cabeza.
El hombre quiere, el hombre pide
un molinillo que el sol relumbre
y transmita imágenes agudas
y sones celestes.
Quiere el niño, grita el niño
lo pide con ansiedad, lleno de zozobra
El mundo no es mío, para mí
lo invento cada día.


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¿Quién no soñó con acordes que mecieran
su figura en arrobos de color de plata?
¿Quién entre pajas no buscare hasta encontrar
el sonido justo que acomodar a su espalda?

Y el amado vuela, revuela
como una bolsa de plástico
mecida por el viento. Un looping,
dos, gira a la derecha, danza armónica.
Sólo falta una cosa,
la música para dos ha de ser
escuchada a la vez en dos cabezas.
Sólo falta una cosa
amado encarnado por dentro
y por fuera.
Dentro, dentro.

María José Blanco