SIEMPRE

jueves, 4 de septiembre de 2008

Expiación

Muchos escritores han escrito sobre la pasión, han sumergido a sus personajes en la vorágine destructiva, intensa y arrebatadora de una pasión amorosa.
Sandor Márai de forma pausada, relajada,con una voz elegante casi melancólica la describe en "La mujer justa" a través del personaje masculino de la novela. Tres monólogos correspondientes a los tres personajes de la novela nos refieren tres sensibilidades distintas de afrontar una misma historia de pasión, amor, desengaño y resentimiento.

" En cualquier vida que sea digna de tal nombre llega un momento en que uno se hunde en una pasión como si se estuviera zambulliendo en las cataratas del Niágara. Sin salvavidas, naturalmente[...] No es casualidad que en la historia de la humanidad las grandes parejas de amantes estén rodeadas de la misma aura de respeto y veneración que los héroes que, con suprema valentía y por propia voluntad, arriesgan la piel en alguna hazaña grandiosa y desesperada. Sí, los verdaderos enamorados también arriesgan la piel, en el sentido más literal de la expresión; y es precisamente en esa empresa donde la mujer tiene un papel tan importante como el hombre y demuestra que posee un espíritu heroico, como el caballero que parte a la conquista del Santo Sepulcro[...] Por eso se ha respetado tanto a los amantes en todos los tiempos y en todas las religiones, porque al estrecharse en un abrazo están subiendo a la hoguera. Los verdaderos, claro, esos pocos valientes, los elegidos"

La mujer Justa.

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