A veces, el día con sus apremios prosaicos me arrebata el sombrero de copa que le robé a Fred Astaire en sueños.Ya no puedo mover los pies ligeros ni trepar por las paredees sin sudar ni perder la elegancia. Me gusta ser flaco y con cara de pera, sólo sueño con ser un junco volador como Fred y quedarme siempre en ese mundo tecnicolor y sonoro.
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