SIEMPRE

domingo, 28 de diciembre de 2008

LILY POMPIDOU Y LA SOMMELIER



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CARAMEL

Estos días de vacaciones he aprovechado para ver algunas películas y me ha sorprendido gratamente CARAMEL, película libanesa dirigida por una mujer Nadine Labaki ,"Caramel elige concentrarse en modernos temas sociales. Su principal escenario es un salón de belleza de Beirut, donde las mujeres hablan con franqueza sobre hombres, sexo, el matrimonio y la felicidad. Sus conversaciones están intercaladas por escenas conmovedoras y cómicas".

Mezcla de agua, limón y azúcar para realizar el caramel usado para realizar la cera, igual que la mezcla explosiva en la que se encuentra sumergida la mujer del S.XXI, una sociedad avanzada donde conviven los más modernos aceleradores de partículas,instrumentos que permiten explorar el mundo de lo infinitamente pequeño, en búsqueda de los elementos fundamentales de la materia, junto con personajes como Lily Pompidou, cuyo futuro y felicidad depende de recomposición de un virgo perdido. Lily es consciente de que su novio no permitirá o soportará el conocimiento de su falta virginal el día de la boda y nos encontramos con la necesidad de recomponerlo, dar dos o tres puntos de sutura que devuelvan a la joven la pureza perdida, yo todavía no he comprendido muy bien qué tiene que ver el virgo con la pureza, pero parece ser así; mujer independiente, trabajadora, autosuficiente necesita verse sometida a una situación más propia del S.XV con Celestinas de por medio, en este caso, una Celestina muy modernizada respresentada por una clínica hospitalaria. La película narra esta historia desde la perspectiva del humor, creándose verdaderas escenas que hacen asomar la sonrisa.

Frente Lily Pompidou también me he encontrado estos días con otro contraste, de grata constatación, y es la presencia de UNA Sommelier, en varios restaurantes de Madrid; ésta,que voy a comentar, concretamente era de "La capilla de la Bolsa". Dentro del mundo de los vinos, dominado totalmente por hombres (productores, catadores, sommelier) es reconfortante ver cómo una mujer puede también aconsejar desde la experiencia, la sabiduría y la sensibilidad que hay que tener para poder apreciar, el aroma, olor, color y sabor de los distintos matices que tienen los diferentes caldos, sabiendo sacar el mayor rendimiento a un vino dependiendo de las viandas a las que se ha de acompañar; éste, es todo un mundo lleno sensaciones y en el antiguo marco de la iglesia de Santa Cruz donde el Diablo Cojulo, de Vélez de Guevara, se asomaba para poder ver las vidas de los madrileños en el S.XVI, encontramos una figura ya plenamente representativa del S.XXI.

Entiéndase este escrito no como una manifiesto feminista sino como una muestra de la riqueza y amplia gama de tradiciones , avances técnicos y mezclas culturales que parecer dominar éste, siempre sorprendente, día de hoy.

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