Cuentan que un guitarrista negro, bastante mediocre, allá por los años de la época dorada del blues, cuando los negros empezaban a dejar salir el desgarro de sus almas esclavizadas durante tantos años, desapareció un tiempo. Cuando reapareció su música ya no era la misma, tocaba con garra y con alma,prestada quizá, ya que se comenzó a extender la creencia de que había vendido su alma al diablo para ser un genio de la guitarra. ¿Qué le sucedería al morir? ¿volvería a ser un mediocre guitarrista sin alma en el infierno?
Yo he intentado varias veces vender mi alma al diablo por objetivos mucho más insignificantes, pero nunca ha aparecido. El diablo no suele acudir a la llamada de la gente sin ambición. Tal vez algún día decida ser algo grande y entonces comenzaré mi particular odisea en busca de ese cruce de caminos de algún lugar del sur de Estados Unidos, donde dice la leyenda que el diablo se apareció al guitarrista y volveré a mi Itaca convertida en un genio de cualquier cosa, pero sin alma.¿Qué es mejor, ser alguien magnífico, extraordinario e irrepetible en le infierno o un mediocre en el cielo? Estoy confusa.
"Al ser humano se le ha hecho lo imposible para que elija.Para que tome partido, para que acepte a priori, para que rechace a priori,para que deje de mirar,para que deje de existir, delante de una cosa que simplemente habría podido amar" Manchas en el silencio, Samuel Becket
SIEMPRE
domingo, 26 de octubre de 2008
Constant Sorrow
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