Ya va siendo hora de que el silencio sea roto y no con un susurro, ni con un leve murmullo, sino con un gran berrido. ¿Por qué? Porque de vez en cuando nos gusta escuchar nuestra voz por encima del resto de los ruidos, porque cuando hay dolor, hay grito, y también cuando hay amor.
1 comentario:
Vaya este grito dedicado a Atalaya de la Vida Humana con el fin de descomponer todas sus moléculas
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