Beethoven, a pesar de su admiración por Schiller, ha sido un traductor desobediente de la ‘Oda de la Alegría’ ; puesto que la escogió voluntariamente, suprimió palabras, trastornó el orden de los versos, hasta la recompuso según su inspiración, a la manera de quien construye obras propias sobre el formato de las antiguas. Manía pedagógica.
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